Fundación Canarina plantea varias cuestiones sobre los rodajes cinematográficos que se realizan en Canarias

Disfrutar de una buena película es un placer no solo para cinéfilos. Y si de repente aparece un paisaje reconocible de Canarias es bastante probable que el orgullo aumente en cuestión de microsegundos. No obstante, hay muchos motivos que nos empujan a decir “cine sí, pero no así”.
Canarias se ha convertido en uno de los destinos favoritos para los rodajes de todo tipo de productos audiovisuales: anuncios publicitarios, películas de Hollywood, series y cortometrajes. Es perfectamente comprensible por la belleza que irradian nuestros paisajes y por la variedad de los mismos en un pequeño territorio. Hay buen clima, pero no solo meteorológico. También hay un buen clima fiscal.
Los incentivos fiscales permiten a las productoras deducir entre un 40 y un 45 % de sus inversiones, creciendo así el atractivo para venir a rodar a las Islas y siendo un potente efecto llamada.
Hablando de más cifras y porcentajes, el 40 % del territorio de Canarias está protegido a nivel ambiental. El Archipiélago cuenta con una naturaleza muy frágil y desde Fundación Canarina creemos que es clave evitar el daño a los ecosistemas durante los multitudinarios rodajes que se están dando en los últimos años.
Existen normas y leyes que exigen a las productoras la petición de permisos exhaustivos para el desarrollo de rodajes en paisajes excesivamente frágiles ante la acción y huella del hombre. A pesar de todo esto, ni siquiera en los Parques Nacionales de Canarias es posible garantizar un control adecuado de las infracciones que puedan cometerse por parte de las productoras ya que existen una gran falta de vigilancia.

No es un tema desconocido que las plantillas de agentes medioambientales que ejerzan este tipo de control son escasas y están mermadas. No pueden llegar a todos los espacios que necesitan protección. También sabemos que algunas productoras ya tienen insertados en sus plantillas un plan de acción ambiental para disminuir los impactos, o que existe incluso la figura del ecomanager dentro su personal. Aun así, este tipo de medidas no son suficientes, ya que muy pocas productoras se muestran sensibles a los espacios en los que están trabajando.
El cine es una industria que deja en Canarias mucho dinero: 224 millones de euros en 2022. Pese a esta cantidad de dinero desorbitada, los espacios naturales de Canarias están gravemente desatendidos.
Ante estos hechos, Fundación Canarina se plantea varias cuestiones básicas en las que la reinversión de parte de este dinero en medidas de protección ambiental serían clave:
- ¿Las administraciones canarias no deberían dedicar los mismos esfuerzos al impulso del sector audiovisual como a la conservación y protección de los espacios naturales?
- ¿El sector audiovisual no debería dedicar parte de sus ingresos a mantener y conservar los espacios que degrada?
Como decíamos, son cuestiones básicas que redundarían muchísimo en la protección y conservación del medio natural de Canarias y que seguirían manteniendo una industria cinematográfica más responsable a nivel medioambiental.
Estoy de acuerdo